Mañana se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, un trastorno muchas veces incomprendido e invisibilizado, pero que impacta, directa o indirectamente, a muchas personas. Con el objetivo dar más visibilidad a esta enfermedad, en el blog de hoy hablamos sobre la depresión.
¿Qué es la depresión?
Las emociones que nos generan cierto malestar, forman parte de nuestra vida y son completamente adaptativas.
Toda emoción cumple una función, la de cubrir una necesidad que no está siendo resuelta en ese momento. Esa es precisamente la razón de que resulten incómodas, para llamar nuestra atención y que pongamos solución al respecto.
Sin embargo, cuando la tristeza o la ansiedad, se instauran de un modo que se acaba normalizando y que ocupa la mayor parte de nuestro día a día, cuando estas emociones se disparan tanto en frecuencia como en intensidad, podemos seguramente hablar de trastorno depresivo.
Es importante tener en cuenta que los trastornos depresivos pueden adoptar distintas formas, y van mucho más allá de la imagen que todos tenemos en mente, con alguien incapacitado para sus funciones básicas del día a día, como son la higiene, la ingesta, o el trabajo.
Podemos tirar adelante, ser resolutivos laboralmente, gestionar la casa, la compra, y aun así, en el silencio de la noche, derrumbarnos y conectar con una sensación de vacío o de ir en piloto automático. Una sensación de haber perdido el rumbo y el control de nuestra vida, una falta, en definitiva, de ilusión. Y eso, también es depresión.
A nivel físico, los síntomas de este cambio se pueden manifestar en forma de fatiga, cansancio, sueño o insomnio, falta de apetito, dificultad para la concentración, baja autoestima, ideas suicidas, etc., dependiendo del tipo de depresión.
A nivel emocional, se aprecia una conducta de falta de motivación e interés, irritación y nerviosismo, así como de tristeza, por lo que también podemos hablar de depresión estacional, o de agudización de la sintomatología ansiosa depresiva en aquellos casos donde ya exista un estado depresivo previo.
Tipos de trastornos depresivos:
Existen diferentes tipos, que podemos clasificamos de la siguiente manera:
1. Depresión mayor, que puede ser de episodio único o recidivante:
Suele comenzar generalmente durante la adolescencia o la adultez joven. La persona que sufre este tipo de depresión, puede experimentar fases de estado de ánimo normal intercaladas con fases depresivas que pueden durar meses o incluso años.
2. Distimia:
El paciente se siente depresivo durante la mayor parte del día, durante al menos 2 años. Este tipo de trastorno es menos intenso que la depresión mayor en cuanto al malestar y al peligro que supone. Está más relacionada con la falta de motivación y pérdida de propósito vital que con la tristeza o vacío emocional en sí.
3. Depresión maníaca
Más conocida como trastorno bipolar. Es un trastorno del estado del ánimo, una enfermedad crónica y recurrente que se manifiesta con episodios alternantes de sintomatología depresiva (episodios depresivos) y periodos de exaltación del humor y la vitalidad (episodios maníacos).
4. Trastorno Depresivo Estacional
Debemos contemplar que el estado de ánimo se encuentra estrechamente relacionado con el clima. En invierno la temperatura disminuye, se incrementan los días de lluvia y anochece antes, con la consecuente disminución de serotonina en el cerebro por la falta de exposición solar. Este tipo de trastorno depresivo va relacionado precisamente con la llegada de los meses de frío y la poca luz solar.
¿Qué nos ayudará a combatir la depresión?
Desde Insitut Dra. Natalia Ribé, os damos 4 consejos básicos para hacer el proceso más llevadero:
1. Realizar deporte: el deporte hace que liberemos endorfinas y, por tanto, nos sintamos mejor, de ese modo nuestra sensación de tristeza será menor. Si lo podemos realizar al aire libre o dar grandes paseos para aprovecharnos al máximo de las horas del sol, mejor.
2. Dormir bien: respetar las mínimo 7 horas de sueño necesarias para un buen funcionamiento, resulta imprescindible.
3. Una buena alimentación: en la que incorporemos las vitaminas y minerales necesarios acompañada de suplementos nutricionales que nos proporcionen aquello que la dieta no puede darnos.
4. Hablarlo con nuestro entorno y pedir ayuda: pedir ayuda es de valientes. Además de contar con un buen círculo de apoyo.
La terapia es una gran herramienta para el tratamiento y la prevención de esta enfermedad y poder lograr una buena salud mental. En el Institut disponemos de Servicio de Terapia Psicológica.
Si quieres agendar una visita, no dudes en contactar con el Institut Dra. Natalia Ribé a través de nuestro teléfono 93 272 42 28 o vía e-mail a info@institutnataliaribe.com