El estado de ánimo se encuentra estrechamente relacionado con las estaciones. De ese modo, una vez dejado atrás el verano y los días más largos y soleados, la llegada del otoño puede variar nuestro estado de ánimo.
En otoño la temperatura disminuye, se incrementan los días de lluvia y anochece antes, con la consecuente disminución de serotonina en el cerebro por la falta de exposición solar. Además, la reincorporación al trabajo ya es un hecho: las vacaciones han llegado a su fin, y por consecuencia, la vuelta a la rutina.
A nivel físico, los síntomas de este cambio a nivel emocional se pueden manifestar en forma de fatiga, cansancio, sueño, falta de apetito y dificultad para la concentración.
A nivel psicológico, se apreciaría una conducta de falta de motivación e interés, irritación y nerviosismo, así como de tristeza, por lo que los síntomas se pueden llegar a confundir con síntomas depresivos, pero la diferencia fundamental radica, en el hecho de que dichos síntomas deberán ir apareciendo a medida que el calendario vaya avanzando, y nuestro cuerpo y mente se vayan adaptando progresivamente al cambio de estación. De no ser así, sería preciso recurrir a ayuda profesional.
Consejos para hacer frente al cambio de estación
En el Institut Dra. Natalia Ribé, os ofrecemos algunos consejos para hacer la transición estacional más llevadera:
- Intentar que la vuelta a la rutina no sea radical, es decir, al salir del trabajo intentar hacer alguna actividad parecida a la que hacíamos en vacaciones: ir a tomar algo con los amigos, salir a cenar fuera, hacerse algún tratamiento de belleza, etc. Cualquier cosa que nos permita desconectar y nos permita escapar de la rutina.
- Realizar deporte también ayuda. El deporte hace que liberemos endorfinas, que ya de por sí disminuyen con la llegada del otoño y el descenso de exposición solar como ya avanzábamos, y por tanto nos sintamos mejor, de ese modo nuestra sensación de tristeza será menor. Si lo podemos realizar al aire libre o dar grandes paseos para aprovecharnos al máximo de las horas del sol, aún mejor.
- Dormir bien. Como decíamos, con la llegada del otoño nos encontramos más cansados, por lo que respetar las mínimo 7 horas de sueño necesarias para un buen funcionamiento resulta imprescindible.
- Una buena alimentación, en la que incorporemos las vitaminas y minerales necesarios para hacer frente al cambio de estación, acompañada de suplementos nutricionales que nos proporcionen aquello que la dieta no puede darnos. A tal efecto en esta época del año resultan grandes aliados los nutricosméticos que fortalecen nuestro cabello, piel y uñas, ya que como bien sabemos es en otoño cuando éstos se encuentran más debilitados y en el caso concreto del cabello con mayor tendencia a la caída.
En cualquier caso, lo fundamental es no exigirnos más de lo debido y entender que necesitamos adaptarnos a la vuelta a la rutina y al cambio de estación, y sobretodo, insistimos, tener presente que, si esa sintomatología perdura en el tiempo más de lo debido, deberemos sin dudarlo acudir a un profesional para descartar que no nos encontremos frente a algún trastorno que precise ser tratado.
Irene Giménez, Psicóloga del Institut Dra. Natalia Ribé